¿Te imaginas entrar, con toda paz, en una casa construida en 1613? Piénsalo. ¿En cuántas casas anteriores al siglo XIX has entrado? Ya solo por eso, merece la pena una visita al Museo Casa de Areny-Plandolit.
Situada en el corazón de Ordino, un pueblo que merece la pena visitar por su estilo claramente rural, rústico, pirenaico, esa casa supone un ingreso en la vida cotidiana de los andorranos de la noche de los tiempos. Perteneciente a una familia potentada, este tipo de casa representa el modo de vida rural de entonces, basada en las relaciones entre las familias ganaderas de la zona, que eran quienes ostentaban el poder económico.
Historia de la casa de Areny-Plandolit
Conviene saber que se trata de uno de los museos más visitados y representativos de Andorra, su tradición y costumbre. Una casa solariega que data del siglo XVII, pero cuyas estructuras principales, así como la decoración, pertenecen al siglo XIX. Es entonces, gracias a la época de bonanza económica del señor Guillem d’Areny-Plandolit, cuando la casa cobra la identidad que luce hoy.
¿Quién fue Guillem d’Areny-Plandolit? Nacido en la Seu d’Urgell (Girona), Guillem Maria de Areny y de Plandolit fue un noble, político e industrial cuya vida transcurrió en Andorra, donde se dedicó a la industria del hierro y a la reforma y modernización de las instituciones del país.
Así, su casa era centro de operaciones de sus actividades industriales, en un símbolo de la evolución que se produjo en aquellos años en todo el mundo: el paso de la realidad ganadera y agrícola hacia una sociedad más industrial, que incluía también al entorno rural (recomendable para ampliar este punto, realizar a pie la Ruta del Hierro o Ruta del Ferro, que parte de Llorts, en la misma parroquia de Ordino).
Visita al Museo Casa de Areny-Plandolit
No queda tan lejos la época en que esta casa estaba habitada y sus moradores realizan su vida cotidiana. Porque hasta principios de la década de los setenta, la casa se usaba de ese modo, hasta que la comprara, en 1972, el Consell General para convertirla en casa-museo, algo que se produjo (las cosas de palacio van despacio) casi una década después, en 1984. Así que, calculadora en mano, en 2024 se cumplirán cuarenta años desde su apertura al público. ¡Otra razón para visitar este maravilloso museo!
Veamos algunos de los puntos ‘calientes’ de esta visita, que puedes planificar de antemano descargándote esta guía virtual. Dicho esto, conviene recordar que la casa se puede contemplar con visita guiada, con reserva previa, así que los contenidos irán marcados por la persona que haga el recorrido. También hay audioguías disponibles, que ofrecen la información completa pero que el visitante gestiona a su modo.
● Mobiliario y decoración de la época. Ejemplo de casa de familia pudiente, el lujo rodea todos los rincones de la vivienda y es un regalo para la vista detenerse en los muebles, cómodas, espejos, vajillas, cuadros y demás detalles, como candelabros, escudos, colección de porcelanas, etc.
● Ambiente y estilo de vida. Por momentos puede recordar al rococó imperantes en los salones más selectos de las grandes ciudades durante el periodo del Romanticismo, pero también, por su ubicación en el corazón de Andorra, presenta sus peculiaridades en el modo de vida. Como la necesidad de contar con almacenes de grano para asegurarse la supervivencia en unos largos inviernos que a menudo los dejaban incomunicados.
● La vida social. Como en aquella serie clásica de la televisión, ‘Arriba y abajo’, la visita a la casa Areny-Plandolit permite hacerse una idea de las divisiones sociales de la época en una casa habitadas por nobles, pero también compartida con el servicio, con sus correspondientes habitaciones. Los cuadros de las mujeres de la familia y los hijos, la cocina tan bien conservada, con sus vajillas de lujo, el cuarto de los niños con sus juguetes de la época podría nutrir, como dice uno de los que visitantes, una buena película, o incluso una serie, sobre esta saga familiar andorrana.
Planifica tu visita, sobre todo en lo relativo al horario del Museo Casa de Areny-Plandolit y disfruta de los atractivos de Ordino y de una Andorra cargada de cultura. ¡Vive Andorra!